Los viajes de " la Loli"
Navidad en Barcelona II
SIN PALABRAS
Así me quedé al entrar en la catedral. La última vez que había ido,
el interior todavía estaba con andamios, y aunque ya era impactante, la visita
de ayer superó con creces las expectativas que tenía.
Había una larga cola para entrar, pero entre que soy una gata
y que mi dueña va en silla de ruedas,
nos pasaron inmediatamente (poco a poco nos vamos concienciando
y pareciendo a países vecinos)
A la entrada se me escapó un GUAAU, lo que causó cierto
cachondeo entre los allí asistentes. Se ve que aquí los gatos no son políglotas...
El interior impacta por la gran cantidad de luz natural que tiene, para una próxima vez
me encantaría verla de noche iluminada.
Uno tiene la sensación de estar en un bosque pétreo, casi de cuento de hadas
o de película de ciencia ficción.
Las columnas de varios colores y distintos capiteles,
las impresionantes vidrieras, la tremenda altura, hace que uno se sienta
pequeñito, pero también protegido por la naturaleza de piedra que
le rodéa. Yo, la gente que me acompaña y este bosque de fantasía
somos un todo.